Hace algunos días un ciudadano anónimo nos hizo llegar esta nota, como partido abierto y participativo que somos aquí la publicamos:
La palabra de muchos políticos vale hoy en España menos que
una participación preferente de esas tan famosas. Lo peor es que ya nos hemos
acostumbrado a que nos digan hoy una cosa y mañana ocurra todo lo contrario, de
manera sistemática y sin que les dé ni una pizca de calor en la cara. Sobran
los ejemplos porque todos los venimos padeciendo uno tras otro. Muchos
políticos han hecho de la fórmula incompetencia+caradura prácticamente una
forma de vida cuyo éxito está garantizado con el simple dominio y manipulación
de los medios de comunicación.
Pero lo más triste es que ya ni en Bullas nos libramos de esta
plaga. Desde el año pasado tenemos por alcalde a un “político profesional”. No
un médico o un empresario de esos que dejan temporalmente de lado su labor
profesional para trabajar por su pueblo, sino un político puro y duro, una
persona que vive por y para su partido, y que en este caso vivía también “de”
su partido.
La primera consecuencia de tan nefasto acontecimiento es que
la gestión municipal se ha convertido en una patética y cansina continuación de
su campaña electoral, basada en la venta de humo en diferentes envases y
formatos, siguiendo la escuela de su experimentado maestro Valcárcel.
Tienen suerte nuestros queridos mandamases de que la
publicidad engañosa no constituya todavía un delito en el ámbito político. De
lo contrario, ¿cómo podrían explicar un insulto a la inteligencia de los
bulleros como la famosa promesa de los 800 puestos de trabajo? ¿o son ahora
1.500? ¿O a lo mejor mañana 3.000?
Pero cuando realmente se le queda a uno cara de tonto es
cuando se para a analizar el balance de más de un año de gestión, nulo en proyectos
e iniciativas propias pero con un número de enemigos y desengañados en
constante aumento, es decir, “perroflautas” en general. Sin embargo, el hombre
no tiene pudor ni reparos en otorgarse con un morro sorprendente las medallas
ganadas por otros, como recientemente ha ocurrido con el caso de la Fuente de la Higuera , en el que una
resolución de la
Dirección General de Patrimonio ante una denuncia de IU que obligaba
a realizar obras de consolidación, fue aprovechada por el señor alcalde para,
en contra de toda razón y justicia, hacerse la foto y colgarse el galón
mediático en un asunto molesto en el que no había dicho ni pío, sin importarle
quedar en evidente ridículo ante quienes conocen realmente cómo se ha
desarrollado este proceso, porque la denuncia apareció en su día en la prensa y
porque así consta en las notificaciones oficiales.
Sería injusto achacar tal nivel de mediocridad
exclusivamente a Pedro Chico. Seremos benevolentes y queremos pensar que hay
una corte de allegados que le rodean y que le están asesorando con bastante
poca fortuna según los manuales de demagogia aplicada del PP. En sus notas de
prensa siguen insistiendo en imaginarios megaproyectos que hace ya mucho tiempo
que no se cree ni el Tato, y justifican (no niegan) su política de enchufismos
porque los socialistas lo hicieron antes (¡) ¿Quién necesita enemigos teniendo
tales colaboradores con la que está cayendo?
A juzgar por su animado Facebook sabemos que nuestro alcalde
va a numerosos festejos y espectáculos y se lo pasa muy bien, que se reúne
mucho con su camarilla y que tiene ya más de 25.000 puntos en el juego Sims
Social. Toda una verdadera hazaña de nuestro cibernético regidor, pero es una
lástima que no sean canjeables por los puestos de trabajo prometidos a este
pueblo cada vez más cabreado con el trío de ases Rajoy- Valcárcel-Chico.
Sin embargo, Pedro Chico tiene una preocupación mucho mayor
que el escandaloso incumplimiento de sus promesas electorales, y es que ahora
que por su propia política ruinosa se han visto obligados a cargarse la 7RM (la
popular televalcárcel), el pobre hombre tiene una o dos cámaras menos detrás de
él. Para un político profesional es una verdadera desgracia. Y nosotros le
acompañamos en el sentimiento, aunque nuestra pena sea más por los trabajadores
despedidos que por las cámaras.
Secretaría de comunicación
Rafael jiménez
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