DECLARACIÓN
Con
Santiago Carrillo se va un trozo de la historia de nuestro país.
Santiago
Carrillo fue una persona que dedicó su extensa carrera política a la defensa
convencida de la clase trabajadora desde distintos lugares de la izquierda
española, siendo fiel a las ideas que él creía más convenientes en cada
momento.
En
1956, en el exilio, comenzó a aplicar lo que se llamaba una política de
“reconciliación nacional”, lo que incluso le provocó críticas dentro de la
llamada “resistencia”, pero sus firmes convicciones le llevaron a seguir
adelante y en 1960 fue nombrado Secretario General del PCE. Santiago Carrillo
siempre mantuvo firmes sus principios y los defendió con valentía. Fue uno de
los tres políticos, junto con Adolfo Suarez y Gutiérrez Mellado, que se
mantuvieron firmes en su escaño en el golpe de estado del 23-F.
Desde
todos los ámbitos de la política y la cultura coinciden en calificarle como “El
alma de la transición española”. El diez de diciembre de 1976 convocó una rueda
de prensa en la que puso de manifiesto que llevaba residiendo en España desde
febrero de 1975, lo que le llevó a ser detenido el 20 del mismo mes y puesto en
libertad 10 días después. Este golpe de efecto sirvió para que el 9 de abril,
Adolfo Suarez, aprovechando las vacaciones de Semana Santa, legalizase el PCE
en el conocido como ‘Sábado Santo Rojo’ de 1977. Según el análisis del propio
Carrillo, este hecho rompió en dos el bloque franquista, aisló a los “ultras” y
creó las condiciones para la “ruptura pactada”, que desembocó en la Constitución de 1978 y
en amplios consensos como los Pactos
de la Moncloa. Que abrieron un nuevo horizonte de libertades en
nuestro país.
Carrillo
fue clave en la redacción de la Constitución, aceptando incluso la instauración
de la Monarquía Parlamentaria a pesar de sus profundos ideales republicanos. También
en los Pactos de la Moncloa, entre otras, Carrillo fue el promotor de varios de
los acuerdos que se adoptaron, como modificar las restricciones de la libertad
de prensa, quedando prohibida la censura previa o la aprobación de los derechos
de reunión, de asociación política y libertad de expresión.
Hasta
el final, Carrillo fue didáctico en la exposición de los valores de la
izquierda, como la justicia, la igualdad y la libertad, y ha logrado que muchas
generaciones inquietas se interesaran por defenderlos. No obstante, en esta
época de crisis todavía seguía activo y el 23 de julio de este mismo año,
escribió su último artículo. Como homenaje, leeré unas líneas del mismo:
“…algo
que es absolutamente necesario es el logro de una alianza de las fuerzas
europeas de progreso, en la que estén los partidos, sindicatos, movimientos de
base, incluidas ONG, todos cuantos coinciden en que lo esencial no es
recapitalizar los bancos y seguir el dictado de los mercados, sino utilizar el
capital que está ahí, en las arcas bancarias y en los paraísos fiscales, para
sacar al sector productivo de la economía de la atonía actual, crear empleos y
salir al paso de la ruina y el retroceso social y cultural. Esta alianza no
iría contra la unidad europea, sino contra la degeneración de un organismo
unido por arriba con vínculos entre los tecnócratas y burócratas de Bruselas
que le dan cada vez más un carácter autoritario, mientras por abajo, a nivel de
los pueblos, la división y la desigualdad se han profundizado. Porque la unidad
europea necesita una cura de democratización y participación de los ciudadanos.
Esa alianza tampoco iría contra el euro, sino por que haya una banca europea
que garantice que el euro español vale tanto como el alemán, porque lo que
sucede hoy demuestra que la unidad monetaria es una ficción.”
Podremos
estar de acuerdo o no con sus ideas, pero es innegable su importancia en la
creación de la sociedad democrática de España.
Bullas a 20 de
septiembre de 2012
Manuel Escámez
Muñoz
Portavoz de IU
– Verdes
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